Crecimiento desde el interior

De seguro está anécdota te resulta familiar, y estás en lo cierto, igual de maravilloso ocurre con el bambú. Igual de maravilloso ocurre contigo, con tus sueños y metas, con tu crecimiento.

Cuando la semilla de bambú se planta, requiere de riego y abono constante por siete años. Debe ocurrir así, de manera regular, porque de lo contrario muere. Inmediatamente al primer brote su crecimiento es imparable, llegando a alcanzar más de treinta metros en tan solo seis semanas.

Sabemos que no creció en seis semanas, creció, se formó, desarrolló, nutrió,  enfocó, en siete años. Y cada uno de nosotros tiene ese sorprende potencial dentro de sí para lograr lo que se proponga.

Somos parte de una transformación colectiva, que asumimos como habitantes de nuestro único planeta Tierra. Merece seres humanos de propagación fácil, regeneración vigorosa, crecimiento rápido, producción elevada, maduración rápida, rotación breve y formas graciosas.

Es tan certero como romántico que para interconectar con cada ser natural, universal y humano, debemos hacerlo desde nuestras emociones. Con los sueños y metas igual, viene desde el corazón.

El corazón es la semilla que contiene el deseo; y las emociones: unidad, amistad, comprensión, amor, gratitud, felicidad, paz, empatía, tolerancia, altruismo. Es el riego constante y regular del que somos responsables, la armonía, la energía en equilibrio.

El brote se manifiesta cuando llegamos a conocernos, cuando trabajamos en un propósito, cuando entendemos que somos parte de un todo, de una conciencia mayor. Ese autoconocimiento al servicio propio y del otro, nos garantiza un crecimiento imparable. La realización, el cumplimiento de nuestro sueño.

Así te elevas y buscas las alturas, sabiduría, aprendes a no darte por vencido. De eso se trata la adaptabilidad, de ser flexible, que ni el más fuerte viento te haga caer. En la cultura china el bambú simboliza la amabilidad, la modestia, y la serenidad.

Al ser humilde y agradecido, al prestar tu apoyo material y espiritual al otro, por el bien colectivo, tu brote se hace indetenible. Te apoyas en el grupo, estás preparado para el éxito en todas tus áreas y tu ejemplo crece también.

Adoptar esta filosofía no es una moda o tendencia, es una ciencia milenaria. De hecho el bambú está estrechamente relacionado con la civilización china. Su uso se extiende hasta la nueva edad de piedra, así lo demuestran las cestas y esferas descubiertas en las excavaciones de Hemodu y Shishan en la provincia Zhejiang, se refieren a 4800 y 5300 años.

Rey Malpica

Rey Malpica

Escritor, Publicista, Copywriting, Activista LGBT+ y Propositor de vida. 18 años en locución y producción radial le han permitido acompañar su transformación personal con la comunicación como eje.

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